Antes de la existencia de las Cooperativas de Electrificación Rural en Costa Rica, las áreas servidas por estas tenían una electrificación muy escasa. Esta se limitaba a las zonas más pobladas (cabeceras de cantón) y en algunos distritos quienes poseían un generador eléctrico movido por combustión interna eran los dueños de una pulpería, cantina y algunas casas, la electrificación rural como tal no existía.
Con la necesidad de estimular el desarrollo económico, social y electrificar las zonas rurales de Costa Rica, en 1964 nació la idea de crear cooperativas eléctricas. En la actualidad siguen siendo entidades que brindan el servicio eléctrico sin fines de lucro a sus asociados, quienes son los dueños de las mismas.